miércoles, 30 de junio de 2010

2° informe de lectura

Libro: Mente, Carácter y personalidad, 1990
Autora: Elena G. de White
Capítulo 38: “Equilibrio en la educación”

La educación es una obra cuyos efectos tienen alcance hasta la eternidad. El propósito de esta es restaurar la imagen de Dios en el alma. Cuando Dios creó al hombre, lo hizo a su imagen y semejanza. Lo dotó de cualidades nobles, con una mente equilibrada. Todas las facultades de su ser eran armoniosas. Pero la caída y sus resultados pervirtieron esos dones. A causa del pecado, la imagen divina en el hombre cas se perdió y uno de los objetivos del plan de redención fue restaurar esa imagen. Hacerle volver a la perfección original en la que fue creado es el gran objeto de la vida. Es obra de padres y maestros, en la educación de la juventud, cooperar con el propósito divino.
Todas las distintas capacidades que Dios ha dado al hombre son para que las dedique a alcanzar el más alto grado de excelencia posible. Estas deben emplearse para su gloria y para servir a nuestros semejantes.
La verdadera educación es más que un cúmulo de estudios. Es más abarcante. Incluye el desarrollo armonioso de todas las facultades mentales y físicas.
Debemos enseñar a los jóvenes la importancia de cultivar las facultades físicas mentales y morales para que puedan alcanzar los mas elevados logros de las ciencias y a través del conocimiento de Dios puedan glorificarlo; y de esa forma prepararlos para ser útiles en este mundo y la vida inmortal. Las escuelas establecidas entre nosotros son de grave responsabilidad porque están involucrados intereses importantes.
Cada ser humano está dotado de una facultad semejante al creador: la individualidad, la facultad de pensar y hacer. Esta facultad consiste en educar a los jóvenes para que sean pensadores y no meros reflectores de los pensamientos de otros hombres. Deben ser investigadores por si mismos y no restringir su estudio a lo que los hombres han dicho o escrito.
Los alumnos no solo deben tener el conocimiento de los libros, sino también el del trabajo práctico. Solo así podrán decir que tienen una educación simétrica. La educación no consiste en usar únicamente el cerebro ya que el trabajo físico es parte esencial en la educación de todo joven. Es necesario que se complementen estas dos para que exista un equilibrio, porque cuando no se ejercitan las capacidades físicas, se fuerzan mucho las facultades mentales.




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