viernes, 9 de julio de 2010

Artículo 4

LOS SIETE SABERES NECESARIOS PARA LA EDUCACIÓN DEL FUTURO

(Síntesis de la obra de: Edgar Morín)

Edgar Morín inicia con una aclaración: "No es un tratado sobre el conjunto de materias que deben o deberían ense¬ñarse: pretende única y esencialmente exponer problemas centrales o fundamentales que permanecen por completo ignorados u olvidados y que son necesarios para enseñar en el próximo siglo".

LOS SIETE SABERES NECESARIOS

Capítulo 1. Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión

"Es muy reciente el hecho de que la educación --que es la que tiende a comunicar los conocimientos-, permanezca ciega ante lo que es el conocimiento humano, sus disposiciones, sus imperfecciones, sus dificultades, sus tendencias tanto al error como a la ilusión, y no se preocupe en absoluto por hacer cono¬cer lo que es conocer".
Morin
Se subraya en este apartado que la educación del futu¬ro debe afrontar dos distorsiones presentes en el cono¬cimiento: error e ilusión. El conocimiento en forma de palabra, de idea o de teoría, es el fruto de una traducción/reconstrucción -lo que implica interpretación- media¬da por el lenguaje y el pensamiento y, por ende, conoce el riesgo de error.
Las perturbaciones mentales que aportan nuestras emo¬ciones multiplican los riesgos de error. Sin embargo, la inteligencia es inseparable de la afectividad. Esta relación se convierte en lo que Morin llama bucle intelecto-afecto, en donde pueden presentarse errores mentales, intelec¬tuales y de la razón.
La razón puede mostrarse como racionalidad, que es la actitud que está abierta a la discusión; o como racionali¬zación, postura cerrada que se cree racional, porque cons¬tituye un sistema lógico perfecto basado en la deducción o la inducción y se niega a la discusión de argumentos y a la verificación empírica. Un racionalismo -finalmente irracional- ignora a los seres, la subjetividad, la afec¬tividad y la vida. La verdadera racionalidad conoce los límites de la lógica, del determinismo, del mecanismo y reconoce ángulos como el afecto.
Además de los errores mencionados, estarían las cegue¬ras paradigmáticas. Los individuos conocen, piensan y actúan según los paradigmas inscritos culturalmente en ellos. Al determinismo de los paradigmas y modelos ex¬plicativos se asocia el determinismo de las convicciones y creencias que, cuando reinan en una sociedad, imponen a todos y a cada uno la fuerza imperativa de lo sagrado, la fuerza normalizadora del dogma, la fuerza prohibitiva del tabú. O sea, "hay un imprinting cultural, huella matricial que inscribe a fondo el conformismo y, hay una normali¬zación que elimina lo que ha de discutirse".
Contemplemos también que las creencias y las ideas no sólo son productos de la mente, también son seres menta¬les que tienen vida y poder. De esta manera, ellas pueden poseernos. Además, debemos ser conscientes que desde el comienzo de la humanidad surgió la noósfera -esfera de las cosas del espíritu- con el despliegue de los mitos y los dioses.
En el ámbito del error y la ilusión, está lo inesperado y la incertidumbre del conocimiento, para lo cual debemos comprender que, en la búsqueda de la verdad, las acti¬vidades auto-observadoras deben ser inseparables de las actividades observadoras, las auro-críticas inseparables de las críticas, los procesos reflexivos inseparables de los pro¬cesos de objetivación. Necesitamos civilizar nuestras teo¬rías; o sea, crear una nueva generación de teorías abiertas, racionales, críticas, reflexivas, auto críticas y aptas para auto-reformarnos.

Capítulo II. Los principios de un conocimiento pertinente

"Todas las cosas siendo causadas y causantes, ayuda¬das y ayudantes, mediatas e inmediatas y todas sos¬tenidas por una unión natural e insensible que liga las más alejadas y las más diferentes; creo imposible conocer las partes sin conocer el todo y tampoco co¬nocer el todo sin conocer particularmente las partes"

Pascal

El problema universal para todo ciudadano del nuevo milenio es: "¿Cómo lograr el acceso a la información so¬bre el mundo y cómo lograr la posibilidad de articulada y organizada? ¿Cómo percibir y concebir el Contexto, lo Global -la relación del todo y las partes-, lo Multidi¬mensional y lo Complejo?
La supremacía de un conocimiento fragmentado según las disciplinas impide, a menudo, operar el vínculo entre las partes y las totalidades y, debe dar paso a un modo de conocimiento capaz de aprehender los objetos en sus contextos, sus complejidades y sus conjuntos.
El conocimiento de las informaciones o elementos ais¬lados es insuficiente. Hay que ubicados en su contexto para que adquieran sentido. Lo global más que el contex¬to, es el conjunto que contiene partes diversas ligadas de manera inter-retroactiva u organizacional. Las unidades complejas -como el ser humano o la sociedad-, son multidimensionales; el ser humano es a la vez biológico, psíquico, social, afectivo y racional. La sociedad, a su vez, comporta dimensiones históricas, económicas, sociológi¬cas y religiosas. La complejidad es la unión entre la unidad y la multiplicidad.
El problema que impide el ejercicio del conocimiento pertinente es que, si bien se han hecho progresos gigan¬tescos en el marco de las especializaciones disciplinarias, los hallazgos están dispersos, desunidos, debido justa¬mente a esta especialización que a menudo quebranta los contextos, las globalidades y las complejidades.
Igualmente, se pierde la noción de los problemas esen¬ciales. Hay que contemplar que hasta mediados del siglo XX, la mayoría de las ciencias obedecían al principio de reducción que disminuye el conocimiento de un todo al conocimiento de sus partes. Como nuestra educación nos ha enseñado a separar, compartimentar, aislar y no a ligar los conocimientos, el conjunto de éstos constituye un rompecabezas ininteligible.
Como en una narración de ciencia ficción, también se presenta una especie de subordinación a las Inteligencias Artificiales, instaladas profundamente en las mentes en forma de pensamiento tecnocrático; este pensamiento, pertinente para todo lo relacionado con máquinas, es im¬pertinente para comprender lo vivo y lo humano.
Concluye el autor que el siglo XX vivió bajo el rei¬no de una seudo racionalidad que ha presumido ser la única, pero que ha atrofiado la comprensión, la re¬flexión y la visión a largo plazo. ¿No debería el nuevo siglo superar el control de la racionalidad mutilada y mutilante con el fin de que la mente humana pudiera controlada? Se trata ahora de conjugar un pensamiento que separa y que reduce junto con uno que distingue y que religa.




APRECIACIÓN PERSONAL

LOS SIETE SABERES NECESARIOS PARA LA EDUCACIÓN DEL FUTURO
Este artículo es una síntesis de la obra de Edgar Morín que lleva este mismo título.
Él dice que los siete saberes necesarios para la educación son los siguientes: 1. Las cegueras del conocimiento, el error y la ilusión, el conocimiento, la mente y el saber puede distorsionar el presente. 2. Los principios de un conocimiento pertinente, en este saber la pregunta importante es, en esta sociedad tan fragmentada ¿Cómo lograr ligar las diversas partes que se encuentran dispersas en el conocimiento? 3. Enseñar la condición humana, porque la educación humana debería ser objeto esencial de cualquier educación; el comprender al ser humano y su complejidad, su manera bipolar y sus caracteres antagónicos es necesario para su educación, 4. Enseñar la identidad terrenal, en este saber abarcamos la parte histórico-terrena del hombre, 5. Enfrentar las incertidumbres, que aunque el hombre va hacia una aventura desconocida la educación debiera enseñar las incertidumbres para estudiar los riesgos y tomar las acciones y estrategias adecuadas, 6. Enseñar la comprensión, entiendo que morir habla de un proceso de empatía entre los sujetos y finalmente 7. La ética del género humano, en este saber es donde se genera la democracia, el control del ser humano por el ser humano.

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